Juicio del Chapo Guzmán: Narcotraficante ‘Chupeta” asegura que envió 10 mil kilos de cocaína al cártel de Sinaloa desde Venezuela

Por Maibort Petit
@maibortpetit

El ex narcotraficante colombiano, Juan Carlos Ramírez Abadía, alias “Chupeta”, dijo durante su testimonio en el juicio de Joaquín “El Chapo” Guzmán, que en 2004 envió un cargamento de 10 mil kilos cocaína desde Venezuela a México por vía marítima, una droga que —según afirmó— pertenecían al cártel de Sinaloa.

Ramírez Abadía, quien es testigo del gobierno de Estados Unidos en el juicio de Guzmán Loera, busca probar la vinculación del Chapo con el cártel de Sinaloa y convencer al jurado de la enorme actividad criminal del acusado, la cual incluye 18 años de negocios con “Chupeta”.

El exnarcotraficante preso en Nueva York desde su extradición en 2007, aseguró que huyó a Venezuela porque había una presión muy fuerte para extraditarlo a los Estados Unidos. “El gobierno norteamericano había ofrecido una recompensa de USD 5 millones por mi captura y lo habían hecho público con una foto mía”, recordó a la vez que advirtió que había tratado de sobornar a varios agentes de la Agencia Antidroga DEA que operan en la Embajada de los Estados Unidos en Colombia, a través de unos agentes de la Unidad Especial de Investigación SIU-DIJIN que trabajaban con los federales. “Los agentes estadounidenses nunca recibieron dinero”, aclaró.

Cómo funcionaba su cártel

En el décimo día del juicio, Ramírez Abadía explicó cómo funcionaba el cártel del Norte Del Valle. En su larga exposición, el testigo comentó que había trabajado directamente con Guzmán Loera y que también había proveído droga a otros carteles, incluyendo el cártel de los hermanos Arellano Félix contra quien Guzmán y la organización criminal sinaloense habían librado una cruenta guerra que dejó varios muertos.

Las Juanitas

Igualmente, Juan Carlos Ramírez Abadía hizo referencia a la manera cómo había organizado 10 operaciones que denominó “Juanitas”, las  cuales tuvieron lugar entre 2002 y 2005. Explicó que esos envíos se registraron en un libro de contabilidad que fue mostrado por los fiscales al jurado este lunes. Dichas evidencias fueron aceptadas por el juez Brian Cogan, a pesar de la protesta de la defensa que había solicitado durante la mañana una moción para que en el juicio de Guzmán no entraran testimonios de operaciones a ocurridas después del año 2004.

En las planillas mostradas por los fiscales aparecen los registros de ganancias de cada operación, quiénes eran los responsables de la inversión y del recibimiento de la mercancía. El cártel de Sinaloa y Guzmán aparecían repetidamente en las planillas.

Juanita 1: Se exportó exitosamente a Estados Unidos entre 3.600 a 3.800 kilos.

Juanita 2: 6.465 kilos de cocaína, fue recibida por Beltrán Leyva y su lugarteniente, Álvaro Paleo alias “Olfato”. En  el registro de este envío, Chupeta usaba un código para sí mismo: Yamilet. En este envío el cártel de Sinaloa invirtió 3 mil kilos de cocaína.

Juanita 3, llevó 6.485 kilos de cocaína y el Juanita 4, contenía 8 mil kilos de droga de los cuales, 3 mil eran del Chapo cuyo código en los reportes de contabilidad era CHA.

Juanita 4 con 8 mil kilos de cocaína salió de Colombia y regresó porque fue abordado por la Guardia Costera de los Estados Unidos y aunque no lograron detectar la droga, Ramírez Abadía prefirió cambiar la embarcación por otra, lo cual incrementó en unos USD 60 el kilo de cocaína.

Juanita 5 llevaba 10 mil kilos de cocaína que fue recibido en México por Beltrán Leyva y Olfato. Juanita 6 llevaba 10 mil kilos de los cuales el cártel de Sinaloa tenía una inversión de 2.500 kilos.

Juanita 7  fue enviada desde Venezuela y recibida por Nacho Coronel en México. El cártel de Sinaloa tenía una inversión de 2.500 kilos.

Juanita 8  fue coordinada desde Brasil llevaba 10.250 kilos de cocaína, mientras que Juanita 9 transportaba 12 mil kilos. Juanita 10 eran 3200 kilos.

De las 10 operaciones, 7 llegaron a México y de allí eran transportadas a los Estados Unidos exitosamente, mientras que 3 fueron incautadas por las autoridades en alta mar (Juanita 8, 9 y 10). “Eso fue una tragedia para mí como narcotraficante, me habían confiscado 22.500 kilos de cocaína en las embarcaciones pesqueras”.

Los submarinos

Luego de esas confiscaciones decidió cambiar el transporte “de pesqueros a submarinos” que viajan sumergidos en el mar y que no eran fáciles de detectar ni por los aviones ni por las fragatas de las autoridades. Logró entregar al cártel de Sinaloa entre 8 a 10 submarinos cargados con entre 4.000 y 5.000 kilos de droga, aproximadamente.

Cuando empezaron a confiscar los submarinos regresó a los aviones pequeños de pistón llamados entre ellos “cometas”, los cuales salían de Colombia y llegaban a Centroamericana, específicamente a Guatemala, desde donde el cártel de Sinaloa recogía la carga y la llevaba a Estados Unidos.

Cada avión “cometa” llevaba entre 600 a 800 kilos de cocaína. Chupeta dijo que envió unos 10 aviones con cargamento en esta etapa de su carrera criminal, pero no todos llegaron a ser “coronados”, sino que algunos fueron interceptados.

Por último, dijo que había enviado droga a Estados Unidos, con el cártel de Sinaloa por trenes. Debido a las confiscaciones había una demora en el pago de la cocaína por parte de la organización de Guzmán y, por ello, utilizaron la vía de los trenes, pero un cargamento que se envió en una carga de aceite vegetal a Nueva York en 2003, también fue confiscada por las autoridades. En encargado de este envío era Tilso Martínez alias “el Futbolista”, a quien Ramírez había conocido en los años 1990-1991 en Ciudad de Juárez, cuando trabajaba con Amado Carrillo Fuentes.

Fue una operación que llevaba entre 3.600 a 3.800 kilos de cocaína y llegó exitosamente a México.

Una vez logrado el envío con éxito, empezó a planear el tercer envío que le llevó unas 3 o 4 semanas. Para realizar estas operaciones trabajó con la guerrilla y/o los paramilitares para coordinar. Refirió que pagaba sobornos a funcionarios de la Naval de Colombia para que le informaran dónde estaban las corbetas de los Estados Unidos en el Océano Pacífico, de manera de evitar que los cargamentos fueron interceptados.

Debido al número de incautaciones de cocaína de que había sido objeto, decidió cambiar los mecanismos de transporte de embarcaciones pesqueras a lanchas rápidas. Esos barcos eran hechos por él mismo, con su dinero. Precisó que se reunieron con un contador llamado Esteban Manuel Rentinera y con Sergio Ramírez.

En el libro de contabilidad, llamado caja mayor, aparecían todos los gastos que se estaban haciendo en las “Juanitas” y cómo se fueron organizando. “Chupeta” revisaba los reportes contables semanalmente.

Entre abril y mayo de 2004 se tuvo que ir de Colombia porque había salido una solicitud de extradición por una acusación formal que cursaba en la Corte Federal de Washington DC.  Es por ello que decidió irse a Venezuela, desde donde continúo manejando la organización criminal del Cártel Del Norte Del Valle.

Ramírez Abadía envió desde Venezuela 10 mil kilos de cocaína al cártel de Sinaloa en una operación que denominó “Juanita 7” y cuya contabilidad fue presentada en la audiencia. 

Chupeta dijo que tenía un lugarteniente en Venezuela que era el responsable de revisar sus cuentas y que estaba en contacto con el constantemente.

De Venezuela se fue a Brasil y desde ese país continúo manejando su cártel.

Desde Brasil realizó los envíos de Juanita 8, 9 y 10. De todos esos cargamentos guardaba un registro pulcro y comentó que sus empleados le enviaban la información por correos humanos que portaban stickers de memorias con la información detallada.


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