El Chapo y su esposa Emma Coronel vestidos de terciopelo granate buscaron quitarle protagonismo a Lucero Sánchez

Por Maibort Petit
@maibortpetit

La jornada número 32 del juicio contra Joaquín el Chapo Guzmán estuvo caracterizada por el colorido del acusado y de su esposa, Emma Coronel quienes llegaron a la sala ataviados con unos blazers de terciopelo así idénticos color granate (o vinotinto). La pareja lucía   de cierta forma extravagante. La razón de la vestimenta según me dijo la misma Coronel no fue porque se hayan puesto de acuerdo sino porque están “conectados”. 

A primera hora continúo el testimonio de Lucero Guadalupe Sánchez López, la exdiputado del Congreso de Sinaloa que declaró al jurado que hasta su aparición en el juicio pensaba que tenía una relación de pareja con el acusado.  El pasado jueves, cuando la ahora testigo de la fiscalía subió al estrado y explicó con detalles su relación romántica y de narcotráfico con el presunto jefe del cártel de Sinaloa.

Durante el interrogatorio de la fiscalía, la mujer dijo que Guzmán buscaba comprar la marihuana directamente a los productores y por lo general ofrecía precios muy bajos (250 pesos el kilo) pero que ella  lograba que pagara entre 600 a 700 pesos.

Sánchez explicó al jurado cómo se convirtió en diputada por votación popular y cómo perdió el escaño por su relación con Guzmán. Sostuvo que su relación romántica con Guzmán salió a relucir en los medios y que el gobierno mexicano le abrió una investigación  que conllevó a que la removieran del cargo.

La sinaloense que está a la espera de sentencia, confirmó que había visitado a Guzmán en la prisión de alta seguridad de El Altiplano en 2014, gracias a las diligencias del abogado del Chapo Manuel Osuna, quien -inclusive- le  consiguió por instrucciones de Guzmán una falsa identificación para poder violar las reglas de la cárcel.

La fiscalía mostró una carta que le escribió Guzmán a Sánchez. La misiva fue calificada por la mujer como una carta romántica, “eran las palabra de amor que él usaba conmigo”.

Los fiscales también mostraron la foto de Sánchez cuando visitaba a Guzmán, extraída de una cámara de seguridad. La imagen fue divulgada por la cadena de televisión mexicana Televisa y fue cuando empezó el problema -dijo- porque los medios empezaron a preguntar sobre el tema y “yo negué la relación con Joaquín por miedo a sus enemigos”.

Sánchez sostuvo que a raíz de la ventilación de su relación con Guzmán recibió amenazas de muerte de asociados y rivales del Chapo.

Comentó que volvió a ver a Guzmán en 2015, cuando el capo se había escapado de la cárcel y de hecho aseguró que pasó el año nuevo 2015 junto a él. 

La defensa ataca la credibilidad de la testigo

Siguiendo la estrategia, la defensa en la voz del abogado William Púrpura arremetió contra la credibilidad  de Sánchez, destacando que  su conocimiento sobre la marihuana no había surgido cuando conoció a Guzmán sino a raíz de su relación con su esposo ( fallecido) que nació y creció  en la sierra, donde se cultivaba la droga.

Púrpura recordó que cuando Sánchez conoció y se relacionó con Guzmán ella sabía que el acusado estaba huyendo, que había narcocorridos, que nunca se alejaba de la publicidad y que estaba siendo entrevistado por la actriz mexicana, Kate del Castillo y que de hecho le preguntaron que quería producir un programa de TV y una película sobre su vida. Sánchez respondió: “Él nunca me comentó, pero si lo oí”.

La defensa fustigó a la mujer por haber mentido a los medios, en Facebook y a sus electores cuando le preguntaron sobre su relación con Guzmán y que dijo que sólo lo había visto y que no era ciertos los rumores.

La mujer reiteró que negó la relación porque tenía temor, por miedo por ella y su familia.
Sánchez fue arrestada en 2017 mientras cruzaba la frontera de Tijuana a San Diego, y el año pasado se declaró culpable de cargos de conspiración basados ​​en su actividad en Sinaloa. Ella se enfrenta a un mínimo de 10 años de vida en la prisión federal.

Cuando Sánchez salió de la sala miró a con el rabo del ojo al Chapo, mientras que el acusado la observó mientras estaba sentada en el estrado.

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