El antiperiodismo de la Universidad de la Plata

Por Maibort Petit 

El mundo, y en especial, los venezolanos, nos hemos sorprendido por la decisión de Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad de la Plata de otorgar el Premio Rodolfo Walsh a la comunicación, a Hugo Chávez, un presidente antidemocrático que ha violado la libertad de expresión, ha encarcelado periodistas, ha creado leyes contra la libre información y ha cerrado medios opositores en Venezuela.

La decisión  es absolutamente vergonzosa y representa  un duro golpe en contra de los postulados de libertad y democracia que deberían enarbolar  las instituciones universitarias donde, por lógica,  se supone reina el debate libre, la discusión de ideas, la amplitud de criterios y el ejercicio de la crítica sana como factor fundamental en el proceso de formación de los individuos.
Lo más lastimoso es que  el premio fue diseñado   a la medida del proyecto político de Hugo Chávez.  


La parodia de la Universidad de La Plata se convierte en una pieza  del realismo mágico latinoamericano y  una prueba de las contradicciones culturales y educativas que vive nuestros pueblos, encadenados a los viejos fantasmas comunistas y populistas, que trascendieron de siglos pasados para posarse en las elites  políticas que se niegan acercarse al desarrollo. El premio al antiperiodismo es ideado y otorgado,  con el ánimo  de lograr beneficios del irresponsable parlanchín, Hugo Chávez, que ha sido capaz de despilfarrar la enorme fortuna petrolera de Venezuela, comprando falsos afectos en el mundo. 



La Universidad de la Plata engavetó su prestigio, y se dejó seducir por la palabrería vacía del disparate ideológico del Socialismo del Siglo XXI, y se sumó al grupo de arrodillados que, en América Latina, buscan conquistar el afecto y la atención  del populista caudillo venezolano, que sin un ápice de dignidad, se engolosinó ante las cámaras de televisión,  para recibir un premio de periodismo  por su enorme contribución a la destrucción de las libertades y  del ejercicio de la comunicación en Venezuela. 


Que bochornoso que los jóvenes de la facultad de periodismo de la Universidad de la Plata tengan tan limitada su formación, y que no estén en capacidad de distinguir entre un  sistema de libertades, y un proyecto político personalista, donde se violan los derechos más elementales a los ciudadanos y se les arrebata  la posibilidad de escoger, siendo obligados a  ver, a través de las cadenas interminables del  megalómano gobernante, sus vulgares show televisivos que le cuestan una fortuna a la empobrecida y desdibujada Venezuela.  


Los estudiantes que intentan ser periodista en el futuro, y que se graduarán con enormes deficiencias en su  formación  intelectual, en la Universidad de la Plata, deberían informarse por diversas fuentes, y no por  los medios del gobierno venezolanos (que equivalen al 80 por ciento del espectro nacional),  que Hugo Chávez ha perseguido periodistas, los ha encarcelado, y hasta en momento es  el gobernante que ha acumulado el mayor número de denuncias en la Comisión Interamericana  de los Derechos Humanos, por persecución, violación, expropiación de medios de comunicación. También deberían saber que  el “premiado presidente” ha  malversado fondos del tesoro nacional venezolano para crear un canal de televisión (Telesur) que expande el proyecto político autocrático que intenta manipular las conciencias de los pueblos, por medio de un periodismo arrodillado y mentiroso. 



Los estudiantes de la Facultad de Periodismo de la universidad de la Plata deben ampliar sus horizontes, leer e informarse sobre los eventos que ocurren en los países de Suramérica, y el mundo. También deben estudiar la situación de caos que se vive en la Venezuela  de Hugo Chávez,  donde se experimenta un triste proceso de  involución cultura, política, económica y ética, y una férrea lucha entre los ciudadanos  que rechazan  la imposición de un  proceso -abusivo- de transformación, que pretende borrar el sistema democrático, para edificar uno, de carácter autoritario, inspirado y coordinado por el anquilosado sistema comunista-castrista de Fidel y Raúl Castro.