Una serie de informes y documentos pruebas las operaciones en las que que intervienen empresas fantasmas y el gigante petrolero ruso.
Por Maibort Petit
Recientemente un informe de la agencia Reuters daba cuenta de las estratagemas urdidas por Venezuela y Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) para violar las sanciones impuestas por los Estados Unidos al régimen de Nicolás Maduro.
El reporte explicaba que la petrolera —por consejo del régimen de Irán— implementó un sistema de identificación errónea de los barcos cargueros, así como la utilización de empresas fantasmas que figuran como los nuevos clientes de PDVSA que, configurando toda una trama en la que los datos de las mismas suelen ser errados y luego desaparecidos, permite a la administración de Maduro burlar las sanciones estadounidenses.
En una serie de entregas, mostraremos el mecanismo de burladero implementado por el régimen venezolano para exportar el petróleo y hacerse de recursos para mantenerse en el poder.
Citan, por ejemplo, el caso del carguero Otoman que el 21 de agosto atracó en la terminal petrolera de Jose ubicado en el oriental estado Anzoátegui de Venezuela, para cargar 1,82 millones de barriles de crudo pesado. Según la documentación, el número de identificación asignado a esta embarcación por la Organización Marítima Internacional, se le asignó a otro petrolero llamado Rubyni. Lo curioso es que el Rubyni —como lo revelan las imágenes de satélite de TankerTrackers.com, un servicio de seguimiento de embarcaciones independiente, fue desguazado en la costa de Bangladesh en 2018.
Del mismo modo, Reuters hace referencia al petrolero Elisabeth Knutsen, al cual luego se le etiquetó como «Knut», fue contratado por empresas fantasmas que ahora exportan el petróleo venezolano. La embarcación fue vista anclada frente a Las Palmas, Islas Canarias, poco antes de emprender viaje hacia la terminal de Jose.
La investigación periodística determinó que, de ningún modo, estas identificaciones erróneas puedan ser tenidas como un accidente, sino que responden a una estrategia de PDVSA para darle salida. Su crudo y burlar las sanciones, según lo dejan ver los registros a los que Reuters tuvo acceso.
Refiere la nota que el Otoman es uno de los 30 barcos petroleros contratados por un grupo de empresas fantasmas constituidas como nuevas clientas de PDVSA, una compañía que ha terminado obviando la normativa que hasta hace apenas unos dos años la regía para registrar nuevos clientes.
Lo cierto es que el sistema implementado ha permitido a PDVSA saltar de 400 mil barriles de petróleo exportados entre junio y agosto, a 700 mil en septiembre.
Una vez se concretan las operaciones, los registros de PDVSA son borrados.
Señala la nota, que de “los 21 nuevos clientes de PDVSA identificados en los documentos internos de la petrolera estatal, ninguno tiene antecedentes en el comercio de petróleo. La mayoría parece tener su sede en Rusia, pero para muchos, no se registró una dirección completa. Aquellos con direcciones no se encontraban en ellos. En total, recibieron más de 25 millones de barriles de crudo y combustible venezolanos entre abril y octubre, según registros de PDVSA. Eso es casi una cuarta parte de las exportaciones totales de petróleo de Venezuela y, a precios de mercado para ese período, valdría alrededor de $ 544 millones”.
Rosneft: ¿Sí o no?
La empresa rusa Rosneft se convirtió en uno de los principales socios de PDVSA y uno de los destinos preferente de sus exportaciones.
De hecho, la gigante rusa tenía participación en varias de las empresas mixtas que PDVSA mantiene, siendo que, por ejemplo, en Petromonagas, Petromiranda, Petroperijá y Petrovictoria, la participación de Rosneft es de 40 por ciento, mientras que en Boquerón es de 26,67 por ciento.
Incluso, desde marzo de este año, PDVSA mudó su sede internacional de Lisboa, Portugal, a Moscú, Rusia, consolidando la relación de respaldo que el estado ruso brinda al régimen venezolano.
Cuando se conoció la medida, Rusia la condenó y aseguró que de esta manera no disuadirían a Rosneft de seguir trabajando con Caracas, al tiempo que catalogó las sanciones de “indignantes”, puntualizado que la compañía no participó en ninguna actividad ilegal. Entretanto, desde EE. UU. acusaron a la empresa rusa de “apuntalar el sector petrolero venezolano y participar en ‘trucos’ y transferencias de barco a barco para evadir activamente las sanciones estadounidenses”.
Pero pese a sus declaraciones, las sanciones impuestas por Estados Unidos a PDVSA y a la inclusión de unidades de Rosneft en la lista negra de los armadores que hacen negocios con Venezuela, llevaron a la petrolera a anunciar el cese de las negociaciones con la estatal venezolana. La rusa vendió sus activos en Venezuela Incluso, compañías dejaron de transportar el crudo venezolano para Rosneft, como es el caso de Mercantile & Maritime.
Un reporte en nuestro poder —fechado en 2019— que analiza las relaciones comerciales de PDVSA, da cuenta del respaldo de Rosneft a la estatal petrolera venezolana y de las maniobras irregulares urdidas para burlar las sanciones estadounidenses.
El reporte refiere que entre enero y octubre de 2019, se registraron 84 cargas levantadas para Rosneft en Venezuela, lo supone un promedio de casi 9 cargas mensuales. La mayoría se transportaron con VLCC (Very Large Crude Carriers-1.5M a 2M barriles de capacidad) o Suezmaxes (1M barriles). Refiere el informe que, en octubre, Rosneft canalizó el 62 por ciento de las exportaciones totales en Venezuela.
Una de las estrategias para evitar ser detectados y de la que da cuenta el reporte, es la de apagar los transpondedores de ubicación durante el trayecto, lo cual se conoce como «viaje oscuro». Hay que apuntar que el transpondedor transmite los detalles únicos de un barco, a saber, su origen, destino y su carga a un satélite. La Organización Marítima Internacional sólo recomienda esta práctica en zonas de piratería y otras circunstancias excepcionales.
En tal sentido, el informe indica que 16 embarcaciones recurrieron a esta práctica y apagaron su transpondedor al aproximarse a aguas venezolanas o estando en ellas. Agrega que muchos de estos cargamentos y embarcaciones tienen un destino designado en el conocimiento de embarque que no siempre se cumple. La evidencia recopilada para la elaboración del informe les permitió establecer que algunas la carga se desvía a otros puertos.
Se cita el ejemplo del MT Bouboulina, cuyo informe final de inspección, refiere que cargó 1M bbls de Merey (más exactamente 979.880 bbls) el 18 en julio de 2019, desde el puerto de Jose, con destino al puerto de Shandong, China, para el cliente Rosneft Trading SA.
Sin embargo, según fuentes consultadas para la redacción del informe, aseguraron que el buque dado de alta cerca de Melaka, Malasia, a través de operaciones de alumbrado.
Deuda por petróleo
El informe, además, hace referencia a otro mecanismo utilizado por Rosneft y sus socios comerciales para sortear las sanciones de Estados Unidos.
Alega la empresa rusa que no se trata de ventas, por cuanto las cargas de crudo que se transportan ya pertenecen a Rosneft que recibió el petróleo como forma de pago de la deuda.
Recuerda el informe que Rosneft navega FOB (Free on Board) la carga a otros compradores, tales como Reliance, Nayara y otras compañías pequeñas, así como para cuestionados comerciantes petroleros como Tansy Shiptrade, Norteca y otros. Estas empresas fletan embarcaciones que retiran la carga de los puertos venezolanos, figurando, no PDVSA como el vendedor, sino Rosneft. En pocas palabras, sentencia el informe, la compañía petrolera rusa se convirtió en el mayor revendedor de crudo venezolano.