Alex Cifuentes: El hombre que estremeció al jurado con sus testimonios sobre la corrupción política y datos sobre la vida secreta del Chapo Guzmán

Una tras otra, las afirmaciones formuladas por el testigo de la fiscalía en el proceso judicial contra Joaquín Guzmán Loera, lograron crear gran conmoción, dado que en ningún momento dudó en señalar a expresidentes, militares, policías y altos funcionarios vinculados al cartel de Sinaloa.

Por Maibort Petit
@maibortpetit 

Entre la casi docena de testigos que han pasado al estrado de la sala de la Corte del Este de Nueva York donde se lleva a cabo el juicio a Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, acusado por delitos de narcotráfico, destaca el testimonio rendido ante el jurado por Alexander Hildebrando Cifuentes Villa —también “Alex”—, asistente, “mano derecha e izquierda” y “secretario” de quien la fiscalía asegura dirigió el Cartel de Sinaloa y es responsable de introducir toneladas de droga a los Estados Unidos. Este hombre de nacionalidad colombiana, prestó testimonio tras llegar a acuerdos con los fiscales estadounidenses y en sus distintas declaraciones ha formulado importantes revelaciones sobre el demandado y los millonarios sobornos que este habría pagado a diversos personajes, militares y civiles, entre ellos, el expresidente mexicano, Enrique Peña Nieto.


Cifuentes habría convivido con el Chapo en las montañas sinaloenses entre 2007 y 2009, así como en algunas casas de Guzmán hasta el momento en que tuvo lugar su detención en 2013. De allí la importancia que el gobierno concede a sus declaraciones, por estimar que posee información privilegiada sobre el acusado. El testigo es hermano de Jorge Cifuentes, narcotraficante que purga pena en una cárcel mexicana y que también fungió como testigo de la fiscalía en el juicio.

La más escandalosa de sus afirmaciones en la corte de Brooklyn gira en torno a que, supuestamente, Joaquín Guzmán Loera habría sobornado al expresidente de México, Enrique Peña Nieto, un hecho que habría tenido lugar en octubre de 2012, poco tiempo antes de que tomara posesión como primer mandatario y aunque manifestó no recordar la cifra exacta de la coima, dijo que la cantidad podría rondar entre los 100 y 200 millones de dólares.

Cifuentes refirió que “Joaquín me lo comentó”, aunque advirtió que nunca presenció el supuesto pago, sino que sus declaraciones se sustentaban en informaciones y en fotografías enviadas a su teléfono celular, según las cuales la entrega se habría hecho en “maletas repletas de dinero” a través de quien identificó como “la comadre María”.

Ante el requerimiento de que informara a la corte si el expresidente Peña Nieto había solicitado al acusado la suma de USD 250 millones de dólares, Alex Cifuentes manifestó no recordar el monto exacto. Ante la insistencia que en el interrogatorio se le hacía de que eran 250 millones de dólares, el testigo reiteró que desconocía la cifra, señalando que sus primeras aseveraciones sobre el asunto habían sido un error.

A saber, Alex Cifuentes se ha referido al asunto de supuesto soborno a Enrique Peña Nieto en varias oportunidades, la primera de ellas en enero de 2016 cuando comenzó su cooperación con el gobierno estadounidense, ocasión en la que dijo que el mandatario habría recibido de manos del Chapo Guzmán 250 millones de dólares. Un tiempo después, en abril de 2016 dijo que la cantidad que Guzmán y su socio Ismael eran 100 millones de dólares lo que sostuvo en noviembre de 2017. Ya para septiembre de 2018, Cifuentes enmendó ante los fiscales del caso y dijo estar confundido acerca de las cantidades.

¿Quién es el testigo?

Alexander Hildebrando Cifuentes Villa es miembro de una familia de narcotraficantes colombianos, el clan Cifuentes Villa, el cual está vinculado al Cartel del Norte del Valle e igualmente se ha visto relacionado con las autodefensas, con Pablo Escobar y —la razón de su protagonismo en este juicio— con el Cartel de Sinaloa, comandado presuntamente por el acusado Guzmán Loera.

El poder del clan familiar fue mermando luego de que fueran detenidos y asesinados varios de sus miembros, entre ellos, Francisco y Fernando Cifuentes. Por su parte, Jorge Milton Cifuentes paga condena en Estados Unidos y Doll y Cifuentes fue detenida en 2011 en Colombia.

Alex Cifuentes pudo andar libre hasta 2013 cuando las autoridades lo arrestaron en Culiacán y lo extraditaron a Colombia y luego a los Estados Unidos, donde era requerido por las cortes de Nueva York y de Florida, acusado de introducir cocaína entre 2008 y 2014.

Un episodio de su vida dado a conocer a través de una grabación difundida en el juicio, muestra el talante de este hombre y su familia. En el audio, Alex Cifuentes conversaba telefónicamente con su madre para despedirse de ella ante la creencia de que iba a ser capturado y muerto en febrero de 2012.

Cifuentes estaba alojado en un apartamento en Los Caobos, México, y varios helicópteros sobrevolaban el lugar en busca de Joaquín Guzmán Loera, quien había llegado a la capital azteca en una camioneta dorada para reunirse con el testigo, pero logró evadirse a Culiacán.

El hombre había advertido a Guzmán que no fuera ese día porque había una Cumbre de G20 y había mucha seguridad en la ciudad, incluyendo agentes de Estados Unidos.

— Me llegaron los zancudos —dijo haciendo referencia a los helicópteros— Lo más posible es que en la mañana pueda pasar algo. Hablo para despedirme.

— ¿Y no tiene forma de esconderse en ninguna parte? —le requirió su madre Carlina.

— No, están saqueando toda la ciudad —le dijo Cifuentes.

Llorando aceptó ante la fiscalía que las voces de la grabación hecha por el FBI eran las de “mi mamá y yo”.

El núcleo familiar de Cifuentes era absolutamente disfuncional. Su padre, quien se inició contrabandeando cigarrillos, terminó procesando cocaína. Desde entonces, Alexander Cifuentes comenzó a involucrarse en este tipo de actividades, siendo su labor en esa época la de guardador de los artículos de contrabando. “Yo voluntariamente le ayudaba”, aseguró, negando así que fuera obligado por su progenitor.

A los 10 años su “responsabilidad” aumentó pues le correspondía “el área de secar  y empacar por kilo” la cocaína, un trabajo que hacía al salir de la escuela.

Durante su testimonio admitió que en su adolescencia admiraba a Pablo Escobar. Conoció a uno de sus guardaespaldas que vivía en el mismo edificio en el que habitaba su madre.

A ella, por cierto, los hermanos Cifuentes la consultaban sobre asuntos relacionados con narcotráfico. Y de ella recibían “consejos”.

Ya más tarde, Alex Cifuentes llevaba las cuentas de las actividades de narcotráfico de sus hermanos mayores y luego se convirtió en el enlace de estos con el Chapo Guzmán.

De su relación con el acusado dijo que este “me describía como su secre[tario], su brazo derecho y su brazo izquierdo”.

Fue su hermano mayor, Fernando, quien lo introdujo en el negocio del narcotráfico a los 15 años.

A Joaquín Guzmán lo conoció en 2002 cuando su hermano Jorge le pidió que lo representara en una negociación que consistía en “hacer una sociedad de montar 5.000 kilogramos de cocaína en un barco atunero”.

Fue en 2007, cuando Alexander Cifuentes hizo intensivo su trato con el acusado, pues comenzó a frecuentarlo en la sierra de Sinaloa.

Entra en escena Andrea Vélez Fernández

Ante el juez de la causa, Brian Cogan, Alex Cifuentes explicó que recibió en su teléfono móvil celular, fotografías que supuestamente mostraban “maletas repletas de dinero”. Dichas imágenes se las habría remitido una mujer de nombre Andrea Vélez Fernández, empleada del estratega político, Juan José Rendón, quien se desempeñaba como asesor del PRI en la campaña electoral de 2012 en la que Enrique Peña Nieto resultó electo como primer mandatario mexicano. Esto, según el testigo, ocurrió en la Ciudad de México.


Sobre Andrea Vélez Fernández debemos decir que se trata de una supuesta proxeneta al servicio de Joaquín Guzmán Loera. Su labor consistía en seducir a funcionarios y altos oficiales de las fuerzas armadas mexicanas. Según lo narrado por el testigo, Vélez era una de su asistente- y secretaria en la organización comandada por el Chapo.

Cifuentes refirió que Vélez dirigía una agencia de modelaje en la Ciudad de México, una firma de fachada tras la cual se disimulaban los verdaderos “objetivos empresariales” de la mujer. Las modelos no eran más de prostitutas o damas de compañía adscritas al cartel de Sinaloa.

Al respecto, el testigo dijo que el trabajo de estas mujeres no era el entretenimiento de los integrantes de la organización del Chapo Guzmán, sino atraer y seducir a funcionarios vinculados con el narcotráfico.

Como ejemplo, Cifuentes refirió el caso de un alto militar mexicano —un general— a quien Andrea Vélez le presentaba las damas de compañía en fiestas que tenían lugar los días miércoles. Ella le refirió al demandado que tenía acceso a quien sólo se identificaba como el “general de la nación”. Guzmán Loera buscaba que el alto oficial bajara el acoso que mantenía en su contra. El Chapo le habría hecho llegar al militar USD 10 millones a través de las “modelos” con el objetivo de que pusiera fin a la persecución. El militar no habría accedido al ofrecimiento del capo. Según el testigo, el odio del oficial hacia el demandado era demasiado como para aceptar el soborno.

La promesa de Guzmán para con Andrea Vélez era que si la operación de soborno al militar resultaba exitosa, la mujer recibiría un millón de dólares como premio, pero al no haber aceptado el general la coima, el Chapo, la habría mandado asesinar, objetivo este que se vio frustrado. La mujer comenzó colaborar secretamente con el gobierno estadounidense en 2012, específicamente se convirtió informante del FBI, según refirió un agente recientemente. Cuando recibió amenazas de muerte fue trasladada a territorio de los Estados Unidos.

Más sobre Peña Nieto

Alexander Cifuentes Villa siguió dando más información que supuestamente vincula el expresidente Peña Nieto con el Chapo Guzmán.

En una declaración dada por Cifuentes a los fiscales en noviembre de 2017, este sostuvo que representantes del exmandatario mexicano, quien gobernó desde 2012-2017, contactó a Joaquín Guzmán Loera para hacerle saber que “no necesitaba esconderse”.

Según lo atestiguado por Cifuentes, Peña Nieto quería “trabajar con él” (con el Chapo).

El abogado defensor, Jeffrey Lichtman, le requirió al testigo explicar a qué se refería Cifuentes cuando decía que el expresidente quería “trabajar”. “¿Cuándo dice trabajar, quiere decir que Guzmán paga y Peña Nieto le permite seguir trabajando?”.

La respuesta de Cifuentes fue:

— Me imagino que sí.

Lichtman preguntó a Cifuentes si los policías mexicanos eran corruptos.

— Sí, lo son —fue la respuesta del testigo.

— ¿Y los funcionarios? —repreguntó el abogado.

— También —respondió Cifuentes.

Pero cuando Jeffrey Lichtman quiso preguntar a Cifuentes si creía que el presidente de México era corrupto, fue el juez Cogan quien intervino impedir este tipo de interrogatorio.

Ya en anterior oportunidad Jeffrey Lichtman dirigió su artillería durante el juicio para acusar al también expresidente mexicano, Felipe Calderón, a quien señaló de recibir sobornos de Ismael “Mayo” Zambada García, socio de del demandado.

Por su insistencia en este asunto el juez Brian Cogan amonestó al abogado por lanzar acusaciones sin pruebas.

El enfrentamiento con los Beltrán Leyva

Por otra parte, durante su testimonio, Alexander Cifuentes, hizo referencia al ejército mexicano al que supuestamente el cartel de Sinaloa utilizó para protegerse y combatir a sus enemigos, a saber, los hermanos Beltrán Leyva.

Guzmán Loera interceptaba las labores de estos y sus sicarios para suministrárselas al ejército y promover así su persecución.

Narró que por cada operativo la organización del Chapo Guzmán pagaba entre USD 10 y 12 millones siendo el resultado la captura de sus rivales.

Cifuentes también aseguró contactaron a la Policía Federal de modo de poder traficar droga que introducirían en México proveniente de Argentina. El cartel de Sinaloa informaba a los gendarmes de los números de vuelo y les enviaban fotografías de las maletas que llevaban los cargamentos, de manera que fueran retiradas y resguardadas por los policías.

El Loco Chávez

Otro mandatario que salió a relucir durante el testimonio de Alexander Cifuentes, fue el finado expresidente venezolano, Hugo Chávez, a quien el Chapo Guzmán supuestamente se refería como “El Loco”. La declaración del testigo dejó ver que desde Venezuela enviaban cocaína a México desde al año 2008.

En la sala, el jurado pudo escuchar una grabación en la que el Chapo Guzmán le solicitaba a un socio identificado como Antonio, alias “Toño”, que le buscara una pista de aterrizaje clandestina en República Dominicana de modo de poder recibir en la isla la droga enviada desde Venezuela a México.

— Consiga esa rayita, un ranchito que tenga un lugar así para que llegue el mueble [avión] del Loco” —se escuchó decir a Guzmán Loera.

El fiscal preguntó quién era “El Loco” y la respuesta se dejó oír en el tribunal: Hugo Chávez el presidente de Venezuela “nosotros lo llamamos el Loco”.

Pese a que “Toño” buscaba desviar la conversación a otro asunto, el Chapo insistía en la urgencia de conseguir el lugar en República Dominicana para poder recibir el cargamento de Venezuela.

Toño le dijo que los vecinos estaban allí y “El Chapo” le preguntaba si por allá “fumigaban la caña” y “Toño” respondió “aquí todo es por goteo”.

— ¿Allá no se fumiga? —volvió a preguntar Guzmán— ¿cómo no van a fumigar? Tiene que haber fumigación.

— Deje que mañana le averigüe —respondió Cifuentes.

Según Cifuentes, el demandado requería con urgencia la pista de aterrizaje en República Dominicano para empezar a realizar envíos desde Venezuela a México.

“Toño” le informó a Guzmán Loera que se encontraba buscando el lugar y le pidió unos días para concretar. También le comentó que tenía un contacto en Panamá que podía recibir y sacar drogas. Guzmán le pidió averiguar más detalles y le informó que podía enviar a alguien para coordinar.

Los barcos de Pemex

Otra explosiva declaración de Alexander Cifuentes tuvo que ver con que en 2007, su hermano, el también narcotraficante, Jorge Cifuentes, quien era proveedor del drogas al cártel de Sinaloa, realizó una visita a la montaña donde operaba el cuartel del Chapo.

Allí tuvo lugar una reunión en la que se planteó la necesidad de comprar un barco petrolero que sirviera para para las adjudicaciones de Petróleos de México (PEMEX).

— El barco tenía unos submarinos que podían usarse para cargar y descargar la cocaína —manifestó y explicó que la idea era hacer una asociación con la petrolera estatal mexicana para el tráfico de estupefacientes.

La orden de matar a Christian Rodríguez

Igualmente, Alex Cifuentes aseguró que él y su hermano llevaron al técnico Christian Rodríguez a la sierra de Sinaloa con el objetivo de que trabajara en el diseño del sistema de comunicaciones, un asunto que era de extrema preocupación para el Chapo Guzmán.

Rodríguez llevó a cabo su tarea e instaló una plataforma que permitía al acusado y a su entorno entablar comunicaciones con seguridad. También instaló un software espía para que Guzmán interceptara las llamadas telefónicas y accediera a las computadoras de sus aliados. Se conoció que entre quienes eran expiados figuraba su propia esposa.

Pero cuando el Chapo y sus socios se enteraron de que Rodríguez fungía como doble agente y pasaba información al gobierno de los Estados Unidos, le dio a conocer a Alex Cifuentes que el técnico colombiano había sido quien suministró los datos que permitieron la captura y asesinato de su hermano, este impartió la orden de buscarlo y eliminarlo.

La fiscalía le requirió al testigo informar si habían matado a Christian Rodríguez, pero este respondió que no sabía si lo habían hecho.