Conoce cómo el Chapo Guzmán asesinaba a sus enemigos

Por Maibort Petit
@maibortpetit

Uno de los pistoleros de Joaquín Guzmán Loera sostuvo que personalmente vió al Chapo torturar y matar a dos miembros del cártel de los Zetas, cuyos cuerpos fueron quemados y reducidos a cenizas, y a un hombre de la organización criminal de los hermanos Arellano Félix quien fue enterrado vivo, tras ser torturado y asesinado por el acusado.



El escalofriante testimonio que abundó en detalles, fue hecho por Isaías Valdez Ríos, alias “Memín” durante la audiencia número 34 del juicio contra Guzmán que se celebra en la Corte del Distrito Este de Nueva York.

Valdez es el último testigo que presentará el gobierno en este caso.  “Memín” llegó a la sala de la corte vestido con uniforme de prisión azul y sostuvo que trabajó para Guzmán por 10 años. 

Valdez aseguró que lo máximo que llegó a ganar por su trabajo  como sicario del Chapo fueron 700 dólares quincenales, y que no fue sino hasta el último momento que supo que iba a trabajar al servicio del “Señor”.

“Memin” aseguró que formó parte del círculo de seguridad de Guzmán que se convirtió en un un hombre cercano al capo cuando se escondía en las montañas de Sinaloa. 

Valdez perteneció a las fuerzas especiales del Ejército de México y empezó a trabajar con el Chapo en 2004 hasta 2014 cuando fue arrestado en Colombia. 

Recordó que había ido a hablar con Guzmán a las montañas, a un campamento que llamaban  “el Cielo” y que a ese lugar se llegaba en avión que aterrizaba una pista clandestina. Cuando llegó la primera vez al escondite vio a unos 30 hombres vestidos de uniforme de camuflaje, portando armas largas y cortas, AK-47, AR-15, además de granadas y lanza cohetes.

Dijo que al inicio le entregaron una chaqueta con cargadores y un fusil AK-47. Le aseguró a la fiscal que “la razón por la cual le habían dado las armas y el uniforme” fue porque él iba a ocupar el cargo de otro pistolero de Guzmán.

En su trabajo con el equipo de sicarios del Chapo, Valdez ganaba inicialmente 100 dólares a la semana, luego le aumentaron a 400 y finalmente le pagaban 700 quincenales.
El testigo explicó que recibía instrucciones de un sujeto al que apodaban  “Fantasma” que era un secretario del Chapo y quien daba las directrices del trabajo. Fue “Fantasma”  quien le advirtió que no se acercara a Guzmán. “Cuando él (el Señor) me tomara confianza”, él me iba a llamar, dijo el hombre de 39 años.

Con el tiempo, Valdez se convirtió en una especie de secretario del acusado.

Los horrores 

Memín contó que entre 2006 y 2007 había ocurrido el primer incidente. Guzmán recibió una llamada telefónica. Dijo a sus hombres que Ismael “EL Mayo” Zambada había enviado en un avión a un hombre que era miembro del cártel enemigo de los Arellanos Félix, quien había sido capturado. Cuando llegó el sujeto estaba bastante golpeado, con visibles muestras de quemaduras de plancha y con marcas de encendedor por todo el cuerpo, hasta en las plantas de sus pies estaban quemadas. Era tal que que tenía la ropa pegada a la carne.

Contó que el Chapo se había molestado por el estado en que se encontraba en cautivo. El hombre permaneció con los ojos vendados, esposado. Guzmán decidió interrogarlo a los tres días para sacarle información de los miembros del cártel enemigo. 

Valdez aseguró que el cautivo fue trasladado a un granero y que luego de varios días empezó a oler mal. Fue entonces cuando Guzmán ordenó a sus sicarios que lo sacaran y que cavaran un hueco en una zona lejana para ponerlo. 

Una vez se concluyó el trabajo, justo antes de meterlo al hoyo, el capo sacó su arma de .50 calibre y apuntándolo le volvió a preguntar por sus rivales. Luego le disparó pero el sujeto no murió de inmediato sino que quedó agonizando y el hombre fue enterrado vivo.
El testigo contaba las escenas de horror con normalidad frente a un jurado que ya se ha venido acostumbrado a descripciones de esa naturaleza hechas por los ex colaboradores del Chapo que han testificado en su contra.

Los Zetas quemados

Otro de los momentos que detalló Valdez ocurrió en Durango, en un pueblo llamado Coluta entre los años 2006 y 2007. Los pistoleros del Licenciado (Dámaso López) habían agarrado a dos miembros del cártel de los Zetas. Cuando llegaron los metieron en un lugar donde guardaban el pasto para los animales. El Chapo.

Guzmán ordenó buscar un tronco para torturalos en un área alejada, y los dos hombres fueron golpeados duramente hasta que los dejaron casi inmóviles porque de tantos golpes les habían quebrado los huesos.  Posteriormente, el Chapo los habría golpeado más con un rifle a la vez que les preguntaba por qué servían a los Zetas, a pesar de ser la zona que era controlada por la organización criminal sinaloense.

Luego de la escena, el testigo dijo que el Chapo pidió que abrieran un hueco y lo llenaron de madera  para hacer una hoguera. Pusieron los hombres en la parte posterior de unos vehículos todo terreno, los arrastraron y aún seguían vivos. Seguidamente, Guzmán sacó un arma y les disparó uno a uno. Una vez muertos, ordenó que los cuerpos fueran quemados y acotó “Que no quede ni un hueso”.
Dijo Memín que habían pasado toda la noche avivando el fuego y que efectivamente al amanecer sólo quedaban cenizas de los dos rivales.

Entre los horrores descritos por Valdez estuvo el asesinato de otros dos hombres que informaban al gobierno sobre las actividades criminales de Guzmán.

El testigo sostuvo que los asesinatos eran todos ordenados por Guzmán durante la guerra de los cárteles. El grupo criminal de Los Zetas no era de Sinaloa y al Chapo le molestaba que gente de la zona trabajara para otro cártel, tal acción la consideraba una traición.
Valdez fue arrestado en 2014 en el aeropuerto de Bogotá y extraditado a EE.UU. para afrontar cargos por narcotráfico. Se declaró culpable de conspirar para traer drogas desde Centroamérica y países del sur a México, con destino final a EE.UU. Aun está a la espera de sentencia.




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