Por Maibort Petit
Definitivamente la entrevista realizada por Casto Ocando (presentada en exclusiva en Univision, el domingo 3 de abril) al narcotraficante Walid Makled García, terminó de encender el polvorín en la Casa de Nariño, y ha puesto en jaque al presidente Juan Manuel Santos, quien en menos de 10 días, tendrá que decidir si cumple con la palabra empeñada a mejor amigo, Hugo Chávez, o procede con la solicitud hecha por los tribunales de los Estados Unidos para juzgar al tercer narco más buscado del mundo, e investigar las denuncias que vinculan a importantes miembros del régimen de Caracas con las poderosas redes de droga del continente.
Santos tendrá que hacer una compleja jugada diplomática para evitar que el traslado de un reo, ligado al narcotráfico, se convierta en una tormenta política que puede tocar los intereses económicos y geopolíticos de Colombia. Y es que Walid Makled no es un narcotraficante cualquiera, Hugo Chávez no es un vecino ni un aliado político convencional, y los intereses que mueven a los Estados Unidos están ligados a aspectos que van más allá de un simple juicio contra los criminales de las drogas.
Todos, a estas alturas del juego, saben que Makled tiene información que compromete al menos 40 altos oficiales del gobierno de Hugo Chávez, además de diputados activos, gobernadores oficialistas, familiares del presidente y personajes muy cercanos al círculo político del Palacio de Miraflores. Serian nefastas para Colombia, y quedaría como un antecedente peligroso, que se compruebe a futuro que existe un narco-estado en Venezuela y que el gobierno colombiano no colaboró para sacar a flote la verdad.
Santos sabe el peso político que tendrá “cumplir la palabra empeñada a su nuevo mejor amigo “ y debe estar claro que el envío de Makled a Venezuela incluiría el entierro de las denuncias contra el gobierno de Chávez, que por su gravedad y alcance deben tener inquietos a los miembros de las fuerzas militares. Queda claro que la justicia en Venezuela es absolutamente dependiente del presidente, y que es en Miraflores y no en los tribunales donde se deciden los casos que afectan a la revolución y a sus corruptos miembros.
Es obvio que Chávez bloquearía cualquier investigación, y como en otras oportunidades ha ocurrido, un levantamiento de presos comunes en las cárceles le podría fin a las denuncias y al denunciante. Mientras la oposición ha empezado a pedir un juicio público, los personajes del gobierno no han dado una señal coherente de lo podría ocurrir cuando llegue el narco a su suelo patrio.
Makled ha asegurado que pagó sobornos a funcionarios y allegados al gobierno venezolano para realizar, sin problemas, varios de los negocios que manejaba y dijo tener pruebas de los pagos, ante lo cual Chávez ha dicho, que las denuncias son parte de un complot contra su gobierno, en el que estaría implicado Estados Unidos, asimismo ha asegurado que la oposición está utilizando a Makled para descalificar su administración y sus planes para combatir las drogas.
Firaz El Aissami, hermano del ministro de Interior y Justicia; Hugo Carvajal, director de la Dirección de Inteligencia Militar; Mota Domínguez, comandante de la Guardia Nacional Bolivariana; Néstor Reverol, director de la Oficina Nacional Antidrogas; Luis Felipe Acosta Carles, ex gobernador de Carabobo; Ramón Rodríguez Chacín, ex ministro, y Félix Antonio Velásquez, exjefe de la Guarnición de Bolívar, entre otros funcionarios del régimen señalados no le perdonarían al jefe de la revolución que permita que procedan las investigaciones en su contra.
Con los Estados Unidos, Santos tiene una agenda de intereses, que van desde lo comercial hasta el geopolítico. Es tan espinosa la decisión que en Colombia ya se especula que el jefe de Estado colombiano se reuniría con su homólogo norteamericano, Barack Obama en la Casa Blanca el jueves 7 de abril. Santos es inteligente y está informado sobre la importancia que tiene Makled para Estados Unidos, y el valor de las pruebas que el narco prometió y que ayudarían a desenmascarar una supuesta relación de dirigentes chavistas con la mafia de las drogas y la guerrilla colombiana.
El 9 de abril, sin embargo, es la Cumbre entre Santos y Chávez, (suspendida la pasada semana a raíz de la imposibilidad del mandatario venezolano de llegar Cartagena). La cancillería venezolana ha hecho hincapié que el caso Makled es fundamental en la agenda.
Si la política internacional colombiana mantiene su línea seria, probablemente Santos podría extraditar a Makled a los Estados Unidos, donde hay un sistema judicial más equilibrado, y donde seguramente, se realizaría una investigación sigilosa de las denuncias y las pruebas que el capo ha hecho, y que envuelven negocios fraudulentos, relaciones con narcotraficantes y el gobierno de Venezuela.
No obstante, la decisión final, según la canciller colombiana María Ángela Holguín, se dará a conocer “muy posiblemente” antes que finalice el plazo del 15 de abril de 2011.
Holguín dijo que la determinación que tome el gobierno colombiano “será una decisión respetuosa del Estado de Derecho y de las leyes colombianas y se hará en cualquier momento de aquí al 15 de abril”.
Santos ya había adelantado al inicio de este escándalo, que cumplirá con su palabra de entregarlo a la justicia venezolana.
«Yo le di mi palabra al presidente Chávez de que una vez se surtan los trámites jurídicos, a los cuales estamos obligados, nosotros le entregaríamos a este individuo a las autoridades venezolanas. Yo siempre he creído que la palabra hay que cumplirla y la voy a cumplir.»
Muchos creen que la estrategia de Santos, en cuanto a Venezuela, ha sido la de generar confianza y que, aunque Santos considera a Estados Unidos un aliado estratégico, el mandatario colombiano no le está apostando a esta sola relación. El jefe de la Casa de Nariño entiende que la petición hecha por EE.UU. es válida, pese a que Obama demostró en su gira que no tiene una agenda fluida con Colombia y que no es un socio estratégico.
También existe en problema de la tardanza en la aprobación del TLC entre EE.UU y Colombia, aunque desde ayer se empezó a mover nuevamente el tema en el Congreso Norteamericano.
Igualmente, Santos sostuvo hace unos meses, una reunión con el representante republicano estadounidense Connie Mack, quien le pidió enviar a Makled a suelo norteamericano. Mack, que sería un aliado importante para Colombia y sus intereses con el gobierno de Obama, calificó a Makled como «importante para la seguridad regional».
Los congresistas estadounidenses dijeron que sería visto negativamente en el Congreso de Norteamericano que Colombia entregue el narcotraficante a Venezuela.
Makled alias “El Turco”, fue capturado el 19 de agosto de 2010 en el caserío de Los Patios, en las afueras de la ciudad de Cúcuta, ubicada a corta distancia de la frontera con Venezuela.
Hace tres semanas, la Corte Suprema de Justicia de Colombia avaló su extradición y dejó en manos del gobierno la decisión sobre el país al que será enviado el venezolano.
Por su parte, la Policía colombiana lo considera como uno de los presuntos responsables del asesinato del narcotraficante colombiano Wílber Varela, alias “Jabón”, cometido en enero de 2008 en Venezuela, en tanto, la Fiscalía General de Venezuela solicitó el pasado viernes, a un tribunal local, la extradición de Makled desde Colombia.
Makled es conocido como ‘El Arabe’ y en los círculos sociales de Venezuela es llamado seudo empresario que acumuló una fortuna, llegando a administrar y ser poseer de la línea aérea Aeropostal, y a acumular una riqueza representada en una empresa de transportes terrestre, cercana a 400 tracto-camiones, gracias a sus conexiones con los militares y funcionarios civiles ligados a Chávez.
Datos de la última entrevista televisiva
En la entrevista hecha por Casto Ocando, Makled dijo que Venezuela es un «narcoestado», con zonas desde donde «salen aviones cargados con cocaína» hacia Honduras, México y EE.UU. a la vez que reiteró que sus denuncias sobre la implicación directa de militares de alto rango venezolanos en operaciones de tráfico de drogas.
Aseguró que desde San Fernando de Apure, salen diariamente cinco o seis aviones cargados con cocaína hacia Honduras», de ahí hacia México, y de México hacia EE.UU. Y que es clara la relación entre las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y el Ejército venezolano».
El capo comentó haber tenido estrechas conexiones con diputados oficialistas de la Asamblea Nacional y del partido del presidente venezolano y denunció haber entregado dos millones de dólares para el funcionamiento.
Con los militares, dijo que sostuvo relaciones cercanas y de colaboración: «De generales de división a generales de brigada. Había como una nominita, como de un millón de dólares», una nómina que incluía «cuarenta generales, pero hay muchos más -precisó-, coroneles, mayores…»
No obstante, Mackled explicó que durante los años que hizo negocios con el Gobierno venezolano jamás conoció a Chávez. «Al presidente (Chávez) no (lo conocí), pero sí a familiares de él, sí muy cercanos a él».
También se refirió a los laboratorios para la producción de cocaína que se hallan situados en San Fernando de Apure, algo que, dijo, «no es un secreto», igual que funcionan en Maracaibo, en territorio venezolano, y que «son resguardados por el Gobierno venezolano».
En cuanto a las acusaciones de difamación y mentira vertidas contra él por el Gobierno venezolano, el presunto narcotraficante dijo que estas quedan refutadas con las pruebas que ha aportado sobre este asunto.
«Te estoy sacando pruebas. Cómo es que yo tenía el puerto más importante de Venezuela? Cómo es que yo tenía la concesión de un aeropuerto internacional? Cómo es que se me otorgaron los permisos? Quién los otorgó? Fue el Gobierno, para yo poder operar», señaló Mackled.
En ese contexto dijo que tiene «muchas cosas y pruebas contundentes» para hacer caer al gobierno de Chávez. Agregó que sus denuncias son el resultado de las amenazas de muerte que ha recibido en Venezuela: «Por eso es que estoy haciendo todas estas denuncias. Si llega a pasar algo… No Venezuela, sino todo el mundo, sepa lo que está pasando».
No quiso responder a la pregunta de si mantuvo o no relaciones en Venezuela con algún grupo terrorista como Hezbolá, pero indicó que existen operaciones en el país suramericano de esta organización.
«Yo lo que tengo entendido es que ellos laboran en Venezuela, verdad?, hacen dinero y todo ese dinero lo mandan para el Medio Oriente», precisó.
Desmentidos y acciones
Walid Makled habría desmentido a su abogado Miguel Ramírez, quien informó que su defendido quiere ser extraditado a Venezuela. Según Ramírez el temor que tiene su defendido es que no se adelante el proceso de sus hermanos hasta tanto no llegue a Venezuela.
No obstante, periodista Casto Ocando ha asegurado que Makled le dijo que desea ser enviado a Estados Unidos y le indicó que se encuentra en reuniones con voceros norteamericanos en Bogotá.
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Oposición venezolana se moviliza
Diego Arria, férreo opositor del Hugo Chávez, solicitó al presidente Santos que la extradición del presunto narcotraficante, Walid Makled se produzca a una jurisdicción con garantías procesales confiables y él sabe que la de Venezuela, dichas garantías no existen.
En una carta Arria asevera que cumplir con su promesa sería «inexcusable», pues considera que Venezuela está comprometida con una de las redes criminales más poderosas del narcotráfico, es decir, las FARC. Ante eso, «no puede aducir ignorancia».
Por su parte, diputado opositor venezolano, Miguel Ángel Rodríguez ha declarado que ante la inminente la extradición de Makled a Venezuela, debe crearse una comisión calificada de veedores para un juicio que «debe arrojar respuestas creíbles para los venezolanos».
Señaló que prefiere que el juicio arroje que son falsas las declaraciones hasta ahora dadas por el presunto capo de la droga, porque los venezolanos tendrían la tranquilidad de no estar bajo la influencia de un «narco-Estado».
Otro parlamentario opositor, Henry Ramos Allup, sostuvo que está seguro de la cercanía de Makled con funcionarios venezolanos. “Walid Makled así como su hermano Abdala, quien fue candidato a la Alcaldía de Valencia en 2008, no han podido amasar una fortuna como la que tienen sin la complicidad de funcionarios de este gobierno”.
Los 10 días que le quedan a Santos de plazo, serán días de especulaciones, de negociaciones, de encuentros y de propuestas. Las cartas están echadas, las supuestas pruebas listas para hacerse públicas y la comunidad internacional está atenta a este escándalo que salpica a Hugo Chávez y su círculo de poder. En tanto que Santos tiene prohibido equivocarse y dejar a los colombianos libre de sospechas.